17 junio, 2011

EL PUEBLO DE LAS OLLAS. (Página nº3).

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Quedé parado hasta terminar el puro, cuando fui a dar el primer paso, Joaquín gritó mi nombre desde dentro de la cabina del camión. ¡Javier! ¿Qué? Grité. ¿Dónde vas? Relájate Joaquín. No siempre El Olvido entra en el pueblo, pero siempre que entra, lo hace en la noche. Podría ser que estuviéramos en mitad de la plaza del pueblo y no saberlo. Duerme. Duerme al menos cuatro horas. Por la duda duerme cinco. Yo, voy a salir a caminar. Regreso en unas horas. Descansa. Dicho esto, Joaquín se relajó tanto que durmió súbito. Yo di mi primer paso en El Olvido. Como el primer paso que acepté. Ella decidió perderse en El Olvido, y conmigo quedó Manuel, con sólo unos meses de edad, al que con el tiempo, he tenido que convencerle de que su madre murió, no sé cómo decirle que prefirió olvidarnos. Yo, en realidad, creo que ella marchó para provocar un cambio. Me temo que lo consiguió, porque en los ojos de Manuel puedo ver su brillo, su necesidad de conocer, de no poder quedarse quieto, y ella me quiso hasta que llegó él, Manuel, nuestro hijo. Dejó de quererme tanto para querer a Manuel; porque si seguía conmigo debía dejar que Manuel creciera sólo en toda esta mentira que es este pueblo, pero que por eso persiste. Por eso aún hoy por hoy vive, este pueblo, lejos de toda mentira, salvo de su propia mentira. Recuerdo aquella sensación; quedarte sólo, completamente sólo en mitad de una mentira, ancha como un desierto, eterna como un infinito laberinto, y digo primero infinito para que rece primero infinito y no laberinto. Al verme sólo, porque cuando marchó se fue sin decir nada, sin preguntar. En esa soledad tuve que decidir, y decidí, que antes que Manuel, estaba Joaquín. Entonces Manuel caminó, comenzó a hablar, y preguntó por su madre. Hablaremos a mi regreso. Dije yo. Justo ese día salía con el camión, hoy, dos meses y medio después, regreso, y... quedamos varados en El Olvido con una vana esperanza; que en las próximas cinco horas amanezca, o que en los cien metros de sedal más un paso y un cuerpo, contando que convenzo a Joaquín, halle una luz en todo esto. Ahora que voy a dar el segundo paso, creo que mirando con los ojos de Ella, yo hubiera decidido también elegir El Olvido.


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