19 mayo, 2009

AHORA TODOS NOS MIRAN

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Ahora todos en el restaurante nos estaban mirando. Yo con el cuello lleno de carmín, ella el pelo desordenado. Toda la comida, platos y cubiertos por el suelo. La gota que colmó el vaso fue cuando el camarero se acercó a nosotros y nos dijo que el restaurante nos invitaba a la cena, pero debíamos marcharnos, y que por favor, no volviéramos jamás. Entonces, ella se desnudó y vertió todo el vino por su cuerpo y yo comencé a lamerla. El camarero, sin perder los modales, insistió en que por favor nos marchásemos, amenazando con llamar a la policía. Yo le miré a los ojos y un segundo después comenzamos a besarnos. Ahora somos tres sobre la mesa.

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