02 junio, 2009

OTRO PORTAZO MÁS

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Se baja la persiana, "pleguem", se cierra la puerta de la Fábrica de cuentos de uno de VilcheS. Diez y nueve semanas. Diez y nueve cuentos. De entre todos ellos, escojo este por la historia y por el cuento, por si faltaba duda, de entre todos este es el único que se permitía un favor por favor. Una profesora de ningún colegio donde fui a contar nunca para niños, me comentó un problema aprovechando la Fábrica de cuentos de uno de Vilches.

Un buen día su hijo se despertó en mitad de la noche, a oscuras, a solas en su habitación, y aunque su marido intentó explicar la situación, lo que hizo fue empeorarla aún más. Me comentó que intentase enmendar el error con un cuento. Ya que como yo dije en su colegio, la magia del cuento con todo puede.

Necesito un cuento con magia de los tuyos, te pediría que por favor, mirases de hacerlo lo menos erótico perverso posible. Gracias por existir.



EL MONSTRUO TRAGALUZ.

La primera noche que José Manuel despertó en plena oscuridad; jamás dejó de gritar y de temblar ya, ni consentía estar en soledad, ni siquiera con la luz encendida. Todo ello gracias a su padre.

Un buen día, José Manuel quedó dormido en el sofá del salón de su casa, en los brazos de su padre. Ahí cerró los ojos, y cuando los abrió, todo cuanto vio fue una completa oscuridad. El llanto angustiado asfixiado, los gritos apagados a instantes, escandalosos también. Todo el bloque de vecinos se preocupó por la desesperación que provocaba tal vagido moribundo. Cuando sus padres consiguieron tranquilizar a toda la vecindad, pudieron entonces ocuparse de José Manuel. Estos no podían entender el pánico de José Manuel, y este no podía explicar entre ahogados sollozos, el trauma que le produjo dormirse entre los brazos de su padre y despertar en la plena oscuridad.

Su padre intentó calmar la situación explicándole un cuento. El Tragaluz. El Tragaluz era un ser mágico que cuando el sol se marchaba a dormir, se tragaba toda la luz que en la tierra quedara, para que todos nos fuéramos a la cama a descansar.

José Manuel no entendía cómo un ser mágico podía devorar toda la luz para hacerlo todo oscuro. Eso debía ser obra de un monstruo. El Monstruo Tragaluz. Ahora por eso, José Manuel no podía conciliar el sueño; por el temor a que en cualquier momento, pudiera aparecer el Monstruo Tragaluz para comerse la luz de su bombilla. Por esa razón, José Manuel, desde aquel día, todas las noches las pasaba en vela. Incluso, sin importarle las horas de la madrugada, se levantaba de su cama, y encendiendo todas las luces de la casa, caminaba hasta la habitación de sus padres para dormir entre ellos.

Su padre, en un acto desesperado ante una situación insostenible, lo preparó todo.

Un día, anocheció. José Manuel junto con sus padres, en el coche, se dirigieron hacia las montañas; allá lejos donde la luz de la ciudad no contamina el firmamento. Una vez en la montaña, José Manuel pudo contemplar el firmamento por completo, y su padre le habló de los marineros, de los exploradores sorprendidos por la noche en los caminos, del resto de los animales. Era por eso necesario el Tragaluz. Para que las estrellas pudieran hacer de guía y compañía a todo aquél que no estuviera en la cama a la hora de dormir.

Después del cuento, se quedaron un tiempo observando en el cielo las estrellas y la luna. Sus padres le hablaron de los astros. Regresaron a la ciudad y José Manuel pudo comprobar que, desde el balcón de su casa era imposible contemplar las estrellas. Los padres de José Manuel, le acompañaron a su habitación, cada uno se sentó de un lado de la cama y él en medio.

- Esto sucede cuando el Tragaluz viene en la noche. –Dijeron sus padres a la vez, y apagaron la luz-.


Todo el techo se iluminó de estrellas.

- Acompáñanos.

No sólo el techo de su habitación estaba pleno de relucientes estrellas, también el pasillo. Todo un camino de estrellas hasta la cama de sus padres iluminada como la luna.

- ¿Quieres dormir en la luna o en las estrellas?

José Manuel regresó solo a su habitación. Solo se quitó la ropa, se puso el pijama y solito se metió en la cama. Todas las noches sueña que es un explorador del espacio exterior, o un pirata que surca el firmamento. Y la noche que le apetece, se hace un viaje a la luna.

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